miércoles, 24 de octubre de 2012


Diversidad cultural
También la diversidad cultural (exclusivamente humana) debe considerarse como parte de la biodiversidad. Al igual que la diversidad genética o de especies, algunos atributos de las culturas (por ejemplo, el nomadismo o la rotación de los cultivos) representan "soluciones" a los problemas de la supervivencia en determinados ambientes. Además, al igual que otros aspectos de la biodiversidad, la diversidad cultural ayuda a las personas a adaptarse a la variación del entorno. La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.


Diversidad étnica.
Usualmente se asume que cada etnia se caracteriza por poseer una lengua y una cultura distintivas. De ahí que para efectos de planeación educativa se da por sentado muy frecuentemente que, al atender las particularidades lingüísticas de una comunidad, automáticamente se atiende a sus particularidades culturales y, por consiguiente, se refuerza su identidad étnica. Se ha mencionado que las fronteras lingüísticas y culturales no son coextensivas, por lo que no es posible predicar la existencia de entidades étnicas a partir de agrupamientos lingüísticos o culturales objetivamente discernibles.
De hecho, el interés antropológico por la etnicidad surgió de la percepción de que la identidad social (étnica) de algunos grupos no coincidía con la variación cultural observable. Es decir, las categorías lingüísticas y culturales establecidas por los analistas sociales no siempre son significativas para el auto percepción de los individuos como pertenecientes a un grupo social determinado.
Costumbres y tradiciones de México
Existen en el México moderno muchas tradiciones y costumbres extranjeras que hemos adoptado y que de alguna manera han enriquecido nuestra cultura, pero esto no significa que debamos perder las costumbres propias de nuestro país, ya que estas representan nuestras raíces, nuestra cultura y nuestro vinculo con un pasado lleno de historia, sentimiento y amor hacia este maravilloso país que es México.
  Acorde a la época en que vivimos muchas de estas tradiciones han cambiado la esencia de su significado convirtiéndose en festividades comerciales que todos esperamos ya sea por las vacaciones, fiestas o las celebraciones que hacemos de ellas y nos olvidamos por completo de su verdadero significado, es por ello que debemos enseñarles a nuestros hijos a recordar que significa la Navidad, el día de Reyes, la Semana Santa, el Día de Muertos etc. y juntos preservemos este legado histórico, compartiéndolo con el mundo y sintiéndonos orgullosos de ser mexicanos.
o    La Pascua
o    Las Posadas
o    La Navidad
o    La Charrería


El origen de esta costumbre se remonta a los misioneros españoles que llegaron a México durante el siglo XVI y es parte de la tradición católica, basada en el Evangelio según San Mateo que narra la llegada de tres magos venidos de oriente los cuales recibieron el mensaje de que nacería el Salvador y que debían seguir el camino que les marcara una estrella, esta los guío hasta un pesebre en Belén donde encontraron al recién nacido, los Reyes Magos le presentaron sus regalos que consistían en oro, incienso y mirra, tres productos muy valiosos en aquella época, y procedieron a adorarlo de rodillas al igual que los demás. En recuerdo de estos presentes, los niños de México reciben también sus obsequios cada año, en la misma fecha.

Esta semana que cae entre los últimos días de marzo y los primeros de abril de cada año es muy importante para la mayoría de los mexicanos católicos, no solo porque los niños salen de vacaciones en esos días, sino porque se lleva a cabo una serie de actividades de carácter religioso en las que interviene toda la familia, la Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, cuando se llevan a bendecir a la iglesia ramitos de palmas, que después se colocan detrás de la puerta de las casas. Del lunes al jueves de esta semana se les conoce como "Días Santos". Los días subsecuentes son Viernes de Dolores, Sábado de Gloria y Domingo de Resurrección, las representaciones que se hacen sobre esto consisten en recrear los últimos días en la vida de Jesucristo, para esto con mucha anticipación la gente que participa en ello se prepara tanto anímicamente como físicamente ya que muchas veces es tan real que se usan clavos verdaderos para crucificar a los participantes además de los golpes y cansancio que esto conlleva.
  La Procesión de Semana Santa del Silencio, en que penitentes ataviados con capuchas y faldones negros hasta los pies asegurados a la cintura por medio de cordones de crin de caballo. Para expiar sus culpas, estos fieles caminan descalzos sobre el empedrado, algunos flagelándose la espalda, otros cargando cadenas al cuello, y otros más llevando hatos de zarzas sobre la nuca, sosteniéndolos con los brazos. A pesar de la seriedad con que los integrantes toman esta ceremonia, esta tradición tan arraigada goza de gran popularidad entre el turismo tanto local como extranjero, que acude cada año a presenciar la celebración del Viernes Santo, procesiones parecidas se efectúan en varios lugares de México.

La Semana de Pascua que comienza inmediatamente después del Domingo de Resurrección es ciertamente época de festividad y jubilo, pues estamos celebrando la resurrección de Cristo. En México, al igual que en muchos otros países con mayoría católica, la Pascua se celebra en grande. Antiguamente se acostumbraba regalar dulces típicos mexicanos, como alegrías, pepitorias y dulces cubiertos, a todos los conocidos.
  La llegada del Conejo de Pascua Este animalito que trae consigo una buena cantidad de huevitos de chocolate forrados de papel en colores brillantes, siempre quiere hacernos trabajar, pues tiene la costumbre de esconder los huevos en jardines y casas y hacer que nosotros mismos vayamos a buscarlos.

Esta tradición tiene su origen en la noche del 15 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel Hidalgo y Costilla sonó la campana de su iglesia en Dolores para reunir a todos sus fieles y comunicarles que al grito de "Viva México", "Viva la Virgen de Guadalupe", el pueblo mexicano lucharía por su libertad, en el año de 1900 se conmemora el aniversario numero noventa y uno de la Independencia de México. El general Porfirio Díaz, entonces presidente de nuestro país, encabezo una gran celebración en la que se condecoro a doce indígenas sobrevivientes que combatieron y ganaron en el afamado sitio de Querétaro durante la guerra de Independencia.
"Viva México", "Vivan los Héroes de Independencia"
  Asimismo en todas las embajadas de México en el extranjero se invita a los mexicanos, tanto turistas como residentes del lugar, para que se unan al festejo que se lleva a cabo, cuando el embajador en cada país levanta la bandera mexicana y grita "Viva México" al unísono con sus compatriotas que están lejos de su tierra natal. Mientras, en México se tañen las campanas del Palacio Nacional y de los distintos palacios municipales y delegaciones políticas del Distrito Federal, para recordarnos que la labor de nuestros compatriotas no debe ser en vano, que la libertad hay que cuidarla y apreciarla para conservar el México libre que la guerra de Independencia nos lego.

La celebración del Día de Muertos es una de las más típicas y representativas de nuestro país, ya que es tiempo de recordar a aquellos de nuestros seres queridos que han muerto, y sentir que no se han ido del todo, en México conmemoramos a nuestros familiares y amigos difuntos con una manifestación de amor, el culto a la muerte en México no es algo nuevo, pues ya se practicaba desde 1800 a. C., muchos siglos antes de la llegada de los españoles, como lo atestigua la máscara descarnada de Tlatilco, asimismo, en el Calendario Azteca, o Tonalamatl, que se localiza en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología e Historia, en el Bosque de Chapultepec de la ciudad de México, podemos observar que en los 18 meses que componen este calendario, había por lo menos seis festejos dedicados a los muertos, los dos principales tenían lugar en el noveno mes o Micailhuitontli, que significa "fiesta de los niños difuntos", y en el décimo mes, llamado Hueymicailhuitl, conmemoración de los muertos adultos.

Una de nuestras fiestas patrias más importantes es sin duda el 20 de noviembre, cuando celebramos la Revolución mexicana, se cuenta que las diferencias eran tan grandes entre las clases sociales, que por una misma infracción a la ley un indígena recibía 25 azotes, mientras que el hacendado simplemente debía pagar una multa de 200 pesos, aunado a esto y a pesar de que Porfirio Díaz hizo grandes esfuerzos por modernizar a México al atraer a los inversionistas extranjeros y al adoptar costumbres y modas del exterior, nuestro gobierno se convirtió en una dictadura, además, los ferrocarriles, el petróleo y la explotación de las minas de carbón, se encontraban en manos de extranjeros que obligaban al gobierno mexicano a proporcionarles desde el uso de tierras hasta enormes pagos de subsidios por su asesoría y colaboración, los extranjeros pagaban jornales de hambre a nuestros trabajadores y el gobierno lo permitía, en resumen, México dependía totalmente de las potencias extranjeras para sobrevivir, con el paso del tiempo el dictador fue perdiendo el control del gobierno y algunos de sus ambiciosos colaboradores aprovecharon la situación para explotar aun mas al proletariado y mejorar su propia economía y posición social sin importarles lo injusto de la situación, en esta lucha armada participaron grandes héroes que perdieron la vida en aras de una verdadera independencia, de una justicia social y de un México mejor, personajes como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, y Francisco Villa les debemos hoy que México sea una nación libre e independiente, con posibilidades de progreso para el futuro, para hacer valer verdaderamente su sacrificio debemos siempre mirar hacia delante y actuar con honor y dignidad, engrandeciendo nuestra patria y manteniendo nuestras tradiciones intactas a través de los años

Cuenta la leyenda que entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, diez años después de la caída de Tenochtitlán, un indio llamado Juan Diego fue a ver a fray Juan de Zumárraga, quien era obispo de México, para contarle que mientras estaba en el cerro del Tepeyac se le había aparecido una dama muy bella que le había comunicado ser la Virgen María, Juan Diego le informo al obispo que la Virgen le había pedido que se erigiera un templo en su honor en ese lugar, al principio el obispo no le creyó, pero la Virgen se apareció tres veces más y, para probar que era ella en verdad, hizo que al extender Juan Diego su tilma (una especie de manto, parte del vestuario indígena de aquellos tiempos) frente al obispo, después de la tercera aparición, cayeran al suelo varias rosas que la Virgen le había ordenado cortar, además, el obispo pudo ver la imagen de la Virgen impresa en el ayate de Juan Diego, la primera ermita del Tepeyac se construye a fines de 1531, mas tarde se levantaron otros templos al pie del cerro, hasta construirse en 1976, la actual Basílica de Guadalupe, en la que caben 40000 personas, esta basílica es de forma circular, está hecha de mármol, tiene un órgano monumental y cuenta con siete puertas frontales. Las banderas de todos los países del continente americano ondean permanentemente, en el lugar mismo donde la Virgen se le apareció a Juan Diego permanece la modesta Capilla del Cerrito, que data de 1740, a un lado de la basílica se localiza la Capilla del Pocito, que se termino de construir en 1791, y cuya fachada esta revestida de tezontle y mosaicos azules v blancos, una multitud procedente de todos los rincones de México se dirige en procesión a la basílica año con año, para venerar a la Virgen, últimamente se ha instaurado la costumbre de cantar "Las mañanitas" para festejar el aniversario de su aparición, además, el 12 de diciembre de cada año se efectúa una representación teatral en la que una jovencita interpreta el papel de la Virgen de Guadalupe, en esta obra intervienen también los personajes de Juan Diego, el obispo y los misioneros, se recrea el Cerro de Guadalupe con su iglesia, todo en madera, en el atrio de la basílica, la gente permanece toda la noche ahí mismo, rezándole a la Virgen, para quienes desean descansar un rato o tomar un refrigerio, afuera de la basílica se instalan decenas de puestos de comida, que venden desde tamales y café hasta gorditas de chicharrón o de queso, buñuelos y chocolate, durante toda la noche los danzantes santiagueros bailan con cascabeles firmemente atados a los tobillos, para festejar a la Patrona de México.



La costumbre de celebrar la Navidad tal como lo hacemos hoy llega de España, con los misioneros, en el siglo XVI. La primera celebración en toda forma fue organizada por fray Pedro de Gante en el año de 1538, en una iglesia, fue lo que conocemos hoy como "misa de gallo", pues se oficio a las 12 de la noche, y resulto tan popular entre los mexicanos que hoy sigue siendo una de las tradiciones navideñas más respetadas en el país. Los aztecas, que tenían una religión politeísta (adoraban a muchos dioses), celebraban una especie de Navidad antes de la llegada de los españoles, en esta fiesta conmemoraban el nacimiento del dios Huitzilopochtli con danzas, cantos, discursos y comidas especiales, que incluían péquenos ídolos de amaranto y miel de nopal, luego de la Conquista, el número de adeptos a la religión católica creció tanto que para 1587 fray Diego de Soria, del convento de San Agustín de Acolman, pidió permiso a sus superiores para oficiar la primera misa navideña en las afueras de la iglesia, en el patio, para dar cabida a todos los fieles que desearan asistir, el espíritu que anima a la Navidad es de caridad, perdón y amor a nuestros semejantes, por ello, durante la época Virreinal, el 23 de diciembre el virrey recorría las cárceles de México liberando a los prisioneros culpables de crímenes menores, y la virreina realizaba caridades en orfelinatos v conventos, la tradición de los nacimientos fue iniciada por San Francisco de Asís, quien en 1223, hallándose en el convento de Monte Columbo, en Italia, decidió celebrar la llegada del Redentor al mundo con una escena natural del nacimiento del Niño Jesús, usando un establo con en burro y una vaca auténticos, la tradición comenzó a difundirse, hasta llegar a España y finalmente, al continente americano, los primeros nacimientos en México se hacían de zumpantle, una madera tan ligera como el corcho y, por consiguiente, fácil de labrar, las figuras se cubrían con una primera capa de pintura de oro o plata y luego con otras de colores.



La gastronomía mexicana cuenta con una variedad grande de productos que le permiten sazonar sus platos con sabores intensos y calidades distintas. Desde pescados a la antigua usanza de Michoacán hasta preparados como el guacamole; sus platos regionales son una variada fiesta en el paladar de turistas que suelen necesitar varios días de reposo después de un festín mexicano.

Son innumerables las delicias que los mexicanos pueden preparar con sus productos estrella: el maíz, el chile, los frijoles y el nopal.
Entre los platos típicos mexicanos se encuentran:
Los tacos: Son tortitas de maíz rellenas con pollo y/o carne, pimientos rojos, verdes y amarillos, tomates y cebollas. Se puede decir que son un clásico en cualquier comida mejicana y probablemente uno de sus platos más conocidos internacionalmente.


El pozole blanco: Del cual también existen versiones rojas (como se hace en Jalisco) y la versión verde (de la Costa de Michoacán). Es una sopa hecha a base de un tipo concreto de maíz conocido como cacahuazintle, a la que se le añade carne de cerdo o pollo como ingrediente complementario.
Las enchiladas: Similares a los tacos, pero con mucho picante, sin cereales dentro y con abundante queso. Hay quienes las gratinan al horno no solo por el queso que las cubre, también por el que hay dentro. Como suele ocurrir con este tipo de comidas, existen diferentes recetas dependiendo de la región.
El mole: Del cual toman el nombre varias variantes mexicanas. Básicamente en su opción más tradicional, una salsa preparada con cacao, chiles de diferentes familias, tomate, almendras, pasas, canela, perejil y varias otras especias.
Guacamole: Salsa elaborada con aguacate. Existen muchas variantes de una zona a otra pero los ingredientes más comunes son aguacate, cebolla, chile verde y unas gotas de limón, aunque mucha gente le añade tomate asado, seco o fresco